Estamos con los civiles inocentes israelíes y palestinos. Defendemos la humanidad, la libertad y la justicia. Estas afirmaciones no se excluyen mutuamente, pero cada una de ellas es necesaria para que la siguiente sea cierta.
Condenamos a Hamás, organización terrorista designada por Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido, por su brutal masacre de 1.400 civiles inocentes y la toma como rehenes de más de 200 civiles inocentes. Bebés, niños, ancianos y mujeres de más de 40 países fueron violados, torturados, quemados vivos, decapitados y asesinados intencionadamente por Hamás en el espacio de unas pocas horas, provocando la mayor pérdida de vidas judías en un solo día desde el Holocausto. Hamás ha lanzado más de 7.000 cohetes contra Israel, 700 de los cuales cayeron en Gaza y destruyeron el hospital Al-Ahli y otras infraestructuras vitales de Gaza. Mientras dispara misiles desde las bases de guarderías, hospitales y bloques de apartamentos, Hamás no sólo busca refugio en su red de túneles subterráneos, sino que impide activamente que los civiles palestinos evacúen los establecimientos que están a punto de ser bombardeados. Hamás es el culpable de la muerte de 4.000 palestinos, cifra que sólo se espera que aumente exponencialmente.
Los estatutos de Hamás exigen la aniquilación de todos los judíos israelíes, seguida de la aniquilación de la diáspora judía.
Por lo tanto, nos solidarizamos con Israel en su derecho y deber de proteger a sus propios civiles y su soberanía. Estamos con Israel en su misión de erradicar a Hamás, un virus contagioso que ha infectado Oriente Próximo. Somos conscientes de que sólo con la victoria de Israel podrán los judíos israelíes y los palestinos liberarse verdaderamente del mal infligido por Hamás y unirse para reconstruir una sociedad justa y democrática.